Para mantener el brillo y acabado de nuestros pasadores es muy importante no mojarlos en la ducha, ni tampoco bañarse en el mar o piscinas con ellos. La humedad, el cloro o el agua salada aceleran la oxidación del metal.
Es recomendable tras su uso limpiar las piezas suavemente con una gamuza sin aplicar ningún líquido ni producto, para quitarle la grasa y sudor acumulados, y guardarlas en su envoltorio original lejos de la luz solar directa y del calor.