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Artículo: Estrés, ayuno y deporte: por qué tu cabello está diciendo “basta”

Estrés, ayuno y deporte: por qué tu cabello está diciendo “basta”

Estrés, ayuno y deporte: por qué tu cabello está diciendo “basta”

Cada vez es más frecuente ver a mujeres jóvenes, con trabajo exigente, poco sueño…, y además, ayuno prolongado “porque es saludable” y sesiones intensas de deporte para “desconectar”.

A los pocos meses, empieza una caída de cabello llamativa. La analítica “está bien”, el ayuno “es sano”, el deporte “es bueno”..., y sin embargo, el pelo se cae y la autoestima se resiente.

No es casualidad.

Lo que tu cuerpo entiende (aunque tú no se lo hayas explicado)

Desde fuera parece una vida “normal”. Desde dentro, el cuerpo está recibiendo este mensaje:

  • Estrés mental y emocional constante.
  • Pocas horas de sueño o un descanso de mala calidad.
  • Muchas horas sin comer (ayunos prolongados).
  • Entrenamientos intensos en un organismo ya cansado.

Todo eso el organismo lo interpreta como estrés acumulado. Y cuando el cuerpo tiene que priorizar, destina la energía a órganos vitales (corazón, cerebro, músculos…) y deja en segundo plano lo que no es esencial para sobrevivir: la piel, las uñas…, y el cabello.

El resultado típico es un efluvio telógeno varios meses después de esa etapa de más estrés y cambios de hábitos, el cabello entra antes en fase de reposo y se cae de forma más intensa y difusa.

Ciclo capilar

Se recupera sí…, pero mientras tanto se nota

La buena noticia es que, en la mayoría de estos casos, se trata de una caída reversible y, con tiempo y buen abordaje, el cabello vuelve a salir.

La mala noticia es que:

  • La caída suele durar semanas o meses.
  • Se nota menos densidad, más pelo en la ducha, en la almohada, en el cepillo.

Y eso impacta directamente en la autoestima: aparece la inseguridad, la sensación de que “no me veo igual”, el pelo ya no enmarca tanto el rostro, apetece maquillarse más para compensar y muchas veces se recurre al recogido porque las melenas largas se ven más pobres.

Aquí es donde muchas mujeres entran en un círculo vicioso:

  • Me veo peor: me angustio más.
  • Me angustio más: duermo peor, como peor, me exijo más con el deporte o con la dieta.
  • Más estrés: más mensaje de “alarma” para el cabello.

Y así, sin darse cuenta, se mantienen durante meses en un modo “alerta” que no ayuda ni al cuerpo ni al pelo.

El problema no es el ayuno ni el deporte…, es el contexto

Ayuno intermitente y ejercicio físico pueden ser herramientas muy útiles en determinadas personas y momentos.

El problema es cuándo y cómo se usan:

No es lo mismo hacer un ayuno suave (por ejemplo, 12 horas nocturnas) en una persona descansada y bien nutrida que encadenar ayunos de 16–18 horas en una mujer con:

  • Mucho estrés laboral y familiar.
  • Sueño insuficiente.
  • Tomar cualquier cosa a mediodía “porque no hay tiempo”.
  • Entrenar fuerte varias veces por semana “para liberar”.

Ahí el sentido común es clave: si el cuerpo ya va justo, añadirle más exigencia sin ajustar nada más, tiene un coste. Y el cabello es uno de los primeros en enseñártelo.

Autocuidado con cabeza: que tu cabello también cuente

Si te reconoces en este perfil, estos mensajes son importantes:

No todo lo “saludable” es saludable en cualquier momento de tu vida.
Ayuno, deporte de alta intensidad, dietas estrictas… pueden no ser buena idea en etapas de estrés máximo, poco sueño y sensación de ir “con la lengua fuera” cada día.

Tu cabello es un termómetro de tu equilibrio interno.
Una caída llamativa tras meses de estrés, cambios de peso o ayunos agresivos es una señal que merece atención, no resignación.

Revisa tus hábitos antes de apretar más el acelerador:

  • ¿Duermes mínimamente bien?
  • ¿Comes suficiente y con buena calidad, especialmente proteína y micronutrientes?
  • ¿Tu entrenamiento está adaptado a tu momento vital, o es otra fuente de presión?

Y cuando creas que sola no puedes hacer frente, pide ayuda antes de desesperarte.
Un dermatólogo/tricólogo puede valorar el tipo de caída y un buen profesional de nutrición puede ajustar la alimentación (y, si toca, el ayuno) a tu realidad, no a una moda.

Qué hacer si ya notas que tu pelo está fallando

En momentos de más caída, además de revisar el estrés, el descanso y la alimentación, puede ayudar incorporar un refuerzo específico para el cabello durante unos meses.

Nuestro nuevo suplemento para el cabello Hair Boost está pensado para aportar los nutrientes que el folículo necesita en estas etapas de mayor demanda. No sustituyen al trabajo de fondo (sueño, manejo del estrés, buena nutrición), pero sí puede ser un buen aliado mientras el cabello se recupera.

Cuidarse no es una prueba de resistencia

Cuidar tu salud no debería significar vivir cansada, hambrienta y preocupada porque se te cae el pelo.

Si tu día a día ya es un maratón entre trabajo y responsabilidades, tal vez tu cuerpo no necesite más pruebas de fuerza, sino más apoyo, más descanso y más amabilidad.

Tu cabello, tarde o temprano, refleja cómo estás por dentro. Escucharlo a tiempo puede ahorrarte muchos sustos…, y muchos enredos con tu autoestima.

 

Fundadora Modesta Cassinello

Cada artículo está respaldado por la experiencia de nuestra fundadora y CEO Dra. Modesta Cassinello, Doctora en Farmacia y Diplomada en Nutrición, comprometida con la excelencia en el cuidado de la piel y el cabello.

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