SUS PROBLEMAS
El cabello fino se caracteriza por tener un diámetro menor que el cabello medio o grueso. Esto se debe a una estructura con menos capas de cutícula (la capa externa protectora) y una corteza menos desarrollada, que contiene menor densidad de queratina y lípidos. Como resultado, es un cabello más frágil, menos resistente a la tracción, con menor capacidad para mantener el volumen y más propenso a dañarse con el calor, los cepillados o los tratamientos químicos.
Visualmente, puede parecer pobre en cantidad, lacio y con tendencia a apelmazarse, especialmente en ambientes húmedos o tras pocas horas del lavado. El cuero cabelludo puede hacerse más visible, acentuando la sensación de falta de densidad.
Además, el uso de productos pesados, siliconas oclusivas o fórmulas no adaptadas puede apelmazarlo y hacerlo sentir sucio.
¿QUÉ NECESITA?
Fórmulas específicas para dar cuerpo y textura sin apelmazar, con ingredientes que fortalezcan la fibra capilar desde el lavado.
Champús y tratamientos ligeros que limpien en profundidad sin agredir, favoreciendo la tonicidad del cuero cabelludo y cuidando el entorno del folículo piloso.
Activos densificantes, voluminizadores y antioxidantes que aporten estructura, aumenten el grosor aparente del cabello y lo protejan del daño oxidativo.
Acondicionar únicamente medios y puntas si es necesario, especialmente si el cabello ha sido tratado o coloreado.
¿RESULTADO?
Un cabello más denso al tacto y a la vista, con volumen natural desde la raíz, suelto y con movimiento. Se peina con facilidad, responde mejor al peinado y mantiene su frescura por más tiempo.
El cuero cabelludo se siente equilibrado, con sensación de limpieza y ligereza.